Un millar de migrantes se encuentran en una situación precaria en el centro de la ciudad de El Paso, en la frontera entre Estados Unidos y México, debido a la llegada masiva de personas que han decidido arriesgarse a viajar antes de que se levante la norma del Título 42, que ha permitido las expulsiones exprés por motivos sanitarios.
El gobernador de Texas, Greg Abbott, ha anunciado la creación de una nueva unidad de la Guardia Nacional que operará con helicópteros para evitar la entrada de migrantes desde México.
También ha anticipado la preparación de leyes para considerar como delito grave la entrada ilegal y permitir la expulsión de los migrantes.
La mayoría de los migrantes se concentran en torno a la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, donde se han instalado servicios públicos.
Las autoridades han cortado la calle situada frente al templo al tráfico rodado y se observa la presencia de vehículos de la policía.
El juez del condado Ricardo Samaniego ha advertido a los migrantes que prolongar su estadía en la ciudad puede retrasar aún más su proceso migratorio y que los albergues de la ciudad solo están preparados para brindar alojamiento por tres días a los recién llegados.
En los últimos seis meses, la región de El Paso ha registrado el mayor número de cruces fronterizos, con una presencia mayoritaria de venezolanos.