Uno de los albergues para migrantes más icónicos de la frontera norte de México, el Desayunador Salesiano Padre Chava de Tijuana, está por cerrar tras más de 20 años de servicio, un hecho que ilustra el creciente flujo migratorio acompañado de menos recursos para la crisis humanitaria.
Ubicado a tan solo un kilómetro del puerto fronterizo de San Ysidro, el albergue es un referente por atender a la población vulnerable que confluye en la ciudad, a quienes además brinda atención médica, psicológica, legal y de aseo personal.
Claudia Portela, coordinadora del desayunador, compartió que, desde diciembre pasado, han disminuido las donaciones en alimentos y, sobre todo, en efectivo, lo que ha mermado sus operaciones, ha disminuido el personal que atiende a migrantes y ha impedido el pago de servicios básicos.
“No estamos recibiendo ingresos, sabemos que de por medio hay temas como la inflación en Estados Unidos y también la pandemia a nosotros nos perjudicó en cierta forma, pero fue notoria la baja en donaciones”, lamentó.
Portela expuso que cualquier atención a migrantes requiere de recursos económicos que a veces no tienen.