El baile de cifras de personas desaparecidas y los cambios de funcionarios a cargo de gestionar una crisis que supera los 100 mil no localizados marcó el año 2023 en México y deja a los familiares de las víctimas de desaparicióncon una sensación de desprotección y de caos.
“Se inició la administración (del actual presidente, Andrés Manuel López Obrador) con algunas señales promisorias con un intento de distanciarse de lo que habíamos tenido antes, pero muchas de esas promesas fueron naufragándolo a lo largo del sexenio y dejan hoy un panorama muy desolador donde el balance es negativo”, dijo en entrevista el director del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro Prodh), Santiago Aguirre.
A lo largo del año, la crisis de personas desaparecidas no se ha frenado, pues siguen desapareciendo personas cada día y la crisis forense persiste con más de 52 mil cuerpos sin identificar.
El Gobierno de México aseguró el pasado 14 de diciembre que solamente hay 12 mil 377 personas desaparecidas según su nuevo censo, y no 111 mil, cifra registrada anteriormente en el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (Rnpdno) con corte al 20 de agosto de 2023.
Este baile de cifras no resulta afortunado para las familias de víctimas ni para las organizaciones que las acompañan, aseguró Aguirre.
Los esfuerzos por parte de la Secretaría de Gobernación (Segob) se están poniendo en las cifras y el censo realizado implica, consideró el experto, un desdén a la tragedia de la crisis de desaparecidos y a los familiares, específicamente por algunas de las categorías, como la de registros “sin datos suficientes” que descarta a 26 mil 90 personas.
Además, relató, deberían repartirse esfuerzos en tareas urgentes como lo es la consolidación del Banco Nacional de Datos Forenses, “una herramienta de búsqueda que prevé la ley desde 2017 y que las familias han tenido que litigar ante los tribunales para que empiece a crearse que sigue siendo una herramienta incompleta”.