El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) celebra este primero de enero 30 años de su levantamiento contra el Gobierno mexicano y el neoliberalismo, con una fiesta para reivindicar los derechos de los pueblos originarios, que afrontan una nueva ola de violencia del crimen organizado y desplazamiento forzado.
Agregó que no necesitaban de “esos” que están en el poder pues criticó que ellos creen que saben todo, “deciden por los maestros, doctores, deciden por todos los sectores de trabajadores, es por eso que decimos: ¡no, el pueblo tiene que saber gobernarse! Eso lo demostramos hace 30 años”.
El insurgente aplaudió la participación de los jóvenes e invitó a no rendirse y poner en práctica lo aprendido desde el lugar donde se encuentren para poder sobrevivir y hacer el cambio pues “nadie lo va hacer más que uno mismo”, apuntó.
Cientos de simpatizantes del movimiento, procedentes de México y otros países, se concentraron en la selva lacandona en el caracol Dolores Hidalgo, Ocosingo, municipio de Chiapas, donde se gestó el movimiento zapatista en 1994.
Juan Villoro, escritor y periodista mexicano, señaló que el zapatismo tiene una influencia muy rica en la cultura mexicana pero también mundial porque pusieron en la mesa de la modernidad el tema indígena, y cómo han transformado su territorio.