La marcha del Orgullo LGBT regresó a Ciudad de México con más fuerza que nunca tras la pandemia de COVID-19, pero en medio de un aumento de los crímenes de odio, críticas contra la corporativización del evento y las campañas presidenciales de 2024.
Miles de personas se congregaron este año en el evento que tuvo inicio en el Ángel de la Independencia para terminar en el Zócalo capitalino, y que este año tuvo como lema “¡Libertad, justicia y dignidad!, ¡A nosotrxs jamás nos borrarán!”, que además estuvo rodeada de polémicasaunque al mismo tiempo marcada por la diversidad, la actividad y el multicolor.
Uno de los conflictos fue por el protagonismo de aquellas personas que se designan como líderes y voceros del movimiento LGBT que salen ante los medios de comunicación en los programas de espectáculos y que no representan a la comunidad.
Además de la presencia de carros alegóricos, pues aseguran que solo se usan para promocionar marcas y las empresas no están comprometidas con el movimiento ni las causas de la marcha.
“Hay muchas marcas, muchas empresas que nada más es el mes del orgullo (en el que apoyan). Son las que se representan, según (en los carros alegóricos) pero después pasando la marcha se olvidan de la comunidad LGBT”, lamentó Richard, uno de los presentes en la marca.