Una semana después del trágico incendio que mató a 39 migrantes en una estación migratoria en Ciudad Juárez, los extranjeros varados en la ciudad continúan temiendo y exigiendo justicia.
“Nos quedamos en este lugar porque no tenemos plata para comer ni para rentar una habitación. Nosotros le tenemos miedo a Migración, porque ellos siempre quieren mandar a uno para atrás [retornarlo a su país], si ahora fue un incendio, uno no sabe si para la otra será bomba”, dijo el migrante venezolano Joaquín Enríquez.
El principal temor de los migrantes es ser capturados por los agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) porque en sus instalaciones ocurrió un incendio trágico.
Por ello, muchos han buscado refugio en albergues, zonas no permitidas y hasta en las tapias de un edificio.
Con recursos limitados, muchos trabajan limpiando parabrisas y vendiendo dulces para sobrevivir.
La secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana de México anunció que la estación de detención donde murieron los migrantes cerrará definitivamente.