Más de un centenar de templos evangélicos cerraron sus puertas para salvaguardar la seguridad de sus pastores y feligreses ante la ola de violencia en los municipios de la Sierra de Chiapas, inseguridad que también obligó a que clérigos y devotos abandonen sus hogares, aseguró Gamaliel Fierro Martínez, presidente de la Asociación de Pastores Evangélicos de Tapachula.
“Es lamentable que las autoridades no intervengan para frenar toda la violencia que se vive en los municipios de la Sierra. Más de un centenar de iglesias evangélicas han tenido que cerrar por la presencia de los grupos delincuenciales”, dijo en entrevista con Diario del Sur.
Fierro Martínez explicó que la violencia afectó el funcionamiento en los templos de los municipios de Mazapa de Madero, Bejucal de Ocampo, Bella Vista, El Porvenir, Siltepec, Chicomuselo y Amatenango de la Frontera, entre otros, los cuales dejaron de realizar sus cultos de manera temporal debido a que pese a que aún confían en Dios, existe temor.
“Como cualquier ser humano todos están atemorizados por la presencia de los grupos delincuenciales que están en esa zona y de alguna manera se siente la inseguridad”, comentó el representante evangélico.
El pastor Fierro contó que más de un centenar de ministros evangélicos, junto con sus familias y habitantes de esos municipios, abandonaron sus viviendas para refugiarse en las montañas ante los enfrentamientos entre cárteles que se disputan la región.
Añadió que como pastores evangélicos llamaron a las autoridades federales y estatales a cumplir con su responsabilidad y garantizar la seguridad para las familias de los municipios de la Sierra.