La caravana de miles de migrantes, que partió esta semana de la frontera sur de México como la más numerosa del año, rompió y quemó piñatas con la imagen del comisionado del Instituto Nacional de Migración (INM), Francisco Garduño, para exigir que permita su avance.
Los migrantes, que cumplen tres días en el municipio de Huixtla, colocaron tres piñatas: la primera con la imagen de Garduño, la segunda con las siglas del INM, y la tercera como un símbolo para denunciar la violación, muerte y secuestro de migrantes.
Al grito de “¡queremos papeles, ¡queremos papeles!”, los indocumentados aseguraron que van a esperar que las autoridades mexicanas les otorguen documentos para viajar en autobús hasta el norte del país.
Nelson Ramos, migrante de Honduras, explicó que esta quema simbólica del titular del INM es para “calcinar” toda la corrupción y obtener una respuesta humanitaria.
“El objetivo es que nos den los papeles, porque de aquí no nos movemos hasta que nos los den o ver el modo, porque somos todos, si es uno somos todos”, expuso.
“Es para quemar toda la corrupción porque ¿de qué sirve que estén en un puesto, si están haciendo nada? Deberían sacarlos más bien, que nos atiendan a todos los que venimos en la caravana”, agregó.
La caravana de miles de migrantes partió como la más grande del año desde Tapachula, en la frontera sur de México, donde ha resistido y avanzado a diferencia de otras realizadas en meses anteriores que se desintegraban a los pocos días.
Tapachula es uno de los epicentros del flujo migratorio “sin precedentes” de México y Centroamérica, como ha advertido la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), que esta semana señaló un incremento anual de más del 60 por ciento de la migración irregular que atraviesa territorio mexicano en lo que va del año.