Tras meses de una pandemia que confinó a la población, el Presidente se reencontró con simpatizantes a quienes les rindió cuentas de lo logrado a tres años de gobierno.
En plena efervescencia por la sucesión rumbo al 2024, el presidente Andrés Manuel López Obrador regresó al Zócalo de la Ciudad de México. Pasaron 731 días en los que la pandemia le impidió encontrarse con sus seguidores y mil 86 desde que tomó posesión e hizo, frente a sus simpatizantes, los 100 compromisos de su gobierno. Esta vez llenó nuevamente más de 250 mil personas, como aquel 1 de diciembre de 2018 cuando llegó al Zócalo ya con la banda presidencial en el pecho.
Con el poder de convocatoria intacto, llevó nuevamente a sus seguidores, luego de dos años de informes en solitario, dentro de Palacio Nacional, con apenas unos cuantos invitados y su gabinete. Esta vez, con el temor de un repunte de casos de covid, lo hizo nuevamente con su pueblo, “como en los mejores tiempos democráticos”. Así fueron sus primeras palabras, el saludo a su gente. Fue también la frase que arrancó el primer aplauso y los vítores a lo largo de casi 90 minutos que duró su mensaje.
Entre los asistentes estuvieron dos claros aspirantes a la candidatura presidencial de Morena: la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum y el canciller, Marcelo Ebrard. El senador Ricardo Monreal, quien no tenía lugar arriba del escenario, canceló de último momento debido a sus labores legislativas. Además, un cuarto protagonista, que aunque no ha manifestado su interés en la candidatura presidencial, ya fue destapado por el dirigente de Morena, Mario Delgado, el encargado de la política en el gobierno. La jefa de Gobierno fue la segunda en ser presentada, al ser la anfitriona. El grito de ¡Presidenta!, se hizo patente en la plancha del Zócalo.
Hacia el final de su discurso, el Presidente envió un mensaje a los políticos de izquierda, que parecía dirigido a los aspirantes a ocupar la silla presidencial en 2024, “no zigzaguear” y mantener ideales y principios. Asimismo, el titular del Ejecutivo aprovechó para llamar a todos a participar en la revocación de mandato en abril próximo. Incluso, en el Zócalo se instalaron mesas de recepción de firmas de los asistentes. Pese al interés, no hubo largas filas en ellas.