Maceió, capital del pequeño estado brasileño de Alagoas (nordeste), permanece hoy en alerta máxima por el inminente colapso de una mina de sal de roca perteneciente a Braskem, empresa petroquímica de actuación global.
El 29 de noviembre, la alcaldía de la urbe decretó condición de emergencia tras registrarse en ese mes cinco temblores que forzaron, por orden judicial, al desalojo de 27 familias del barrio de Mutange.
Pero la población vive un clima de inseguridad desde 2018. A principios del pasado año, Braskem anunció la demolición de casas para estabilizar y drenar la ladera del Mutange.
Según datos de la Defensa Civil de Maceió, al final de la jornada dominical, el desplazamiento vertical acumulado de la mina número 18, de Braskem, en Mutange, resultó de 1,70 metros.
La velocidad del hundimiento se redujo a 0,3 centímetros (cm) por hora (era de 0,7 en el boletín anterior). Tal movimiento de las últimas 24 horas fue de 7,4 cm. El viernes y sábado se registraron dos temblores, uno de magnitud 0,39 y el otro, de 0,89, a una profundidad de 300 metros.