Un poblado se quedó varado en el lecho de un lago de la Amazonía de Brasil a causa de la grave sequía que deja a las comunidades luchando por conseguir alimentos, agua potable y combustible.
El descenso pronunciado del nivel de las aguas del lago Puraquequara, en el este de Manaos, capital del estado de Amazonas, ha dejado barcos y edificios flotantes abandonados en el lodo.
Este es el ejemplo más reciente de los efectos devastadores del calor y la sequía en esta zona de Brasil (a principios de mes, más de cien delfines de río llegaron muertos a la orilla por el aumento de la temperatura del agua) y las autoridades afirman que la situación va a empeorar.
El lago Puraquequara forma parte del sistema fluvial del río Negro, que desde finales de septiembre se encuentra en su nivel más bajo, según la autoridad de defensa civil del estado. “El descenso del nivel del agua está teniendo un impacto profundo”, declaró a CNN un portavoz de la autoridad.
Algunos residentes han tenido que cavar pozos en el lecho agrietado del lago para intentar conseguir agua.
“Nuestras tiendas no tienen clientes. Estamos aislados, los barcos no pueden entrar ni salir del lago”, declaró a Reuters Isaac Rodrigues, residente local. “Vamos a estar aquí hasta que Dios nos envíe agua”.