“Perú vive una crisis institucional sin precedentes”, remarcó el mandatario izquierdista antes de tender una rama de olivo a sus opositores parlamentarios.
El presidente de Perú, Pedro Castillo, negó actos de corrupción y denunció una campaña opositora para sacarlo del poder al hablar ante el Congreso, que lo someterá a un juicio político de destitución el 28 de marzo.
Castillo se mostró también conciliador en su discurso de 85 minutos y exhortó a la oposición derechista a buscar consensos para acabar con el clima de polarización que caracteriza la relación entre el Ejecutivo y Legislativo peruanos desde hace cinco años.
“Mi Gobierno ha sido objeto de acusaciones de sectores mediáticos y políticos, se quiere hacer creer a la población que estamos inmersos en actos de corrupción, situación que rechazo enérgicamente”, aseguró el mandatario.
“Existe un sistemático trabajo para cuestionar la legitimidad de la Presidencia y obstruir las labores del Ejecutivo, con el único propósito de vacar al presidente o de encontrar mecanismos para recortar su mandato”, subrayó Castillo.
Recordó que desde que ganó las elecciones, en junio de 2021, sus adversarios derechistas se negaron a aceptar su victoria en las urnas, alegando fraude a pesar de que Estados Unidos, la OEA y la Unión Europea descartaron irregularidades.