Miles de personas agricultoras e indígenas marcharon el jueves en Asunción para advertir sobre las consecuencias que puede dejar una “crisis climática” si el Gobierno de Paraguay no atiende sus reclamos de tierras y de créditos para sus cultivos.
“No hay técnicos, infraestructura ni créditos y necesitamos todo eso porque, con la crisis climática que estamos atravesando, el riesgo de que el pueblo sufra hambre es altísimo”, dijo en guaraní la secretaria general de la Federación Nacional Campesina (FNC), Sonia Acevedo.
Acevedo denunció además que “el sector indígena se siente atropellado; la represión mata a sus líderes” y civiles armados “queman sus chozas”.
Unas 3.000 personas, según cifras de la Policía, caminaron pacíficamente unas 20 cuadras entonando lemas contra el Gobierno del presidente Santiago Peña. “Si el campo no produce, la ciudad no come”, advirtió la dirigente de la FNC, que convoca esta marcha anualmente desde hace 30 años.
Para la mayor federación campesina del país, el principal responsable de la crisis es el cambio climático, al que culpa por las olas de calor, sequías extremas e inundaciones, una realidad que sin embargo el Gobierno pone en duda.