Arriesgarse al viaje hasta los Estados Unidos ha sido para miles la única salida a la crisis de seguridad que enfrenta el país. Aunque la mayoría de viajeros registrados son venezolanos, los ecuatorianos son el segundo grupo que más cruza por este paso, según lo informado por las autoridades migratorias panameñas.
Este aumento contrasta con el total de 49.291 de todas las nacionalidades registrados en el mismo período del año pasado y los 87.390 al finalizar marzo en años anteriores. El flujo migratorio ha ido aumentando progresivamente desde 2021, llegando a un récord de más de 520.000 en 2023, duplicando la cifra del año anterior.
Los riesgos de ese tramo selvático entre Colombia y Panamá cada vez son más conocidos. No solo la inclemencia de la selva sino los grupos criminales que allí operan amenazan a los viajeros que migran con la esperanza de encontrar nuevas oportunidades y, en el caso de Ecuador, de huir de la peor ola de violencia en el país.
En total, en lo que va de año, 82.360 migrantes cruzaron el Darién, según datos de las autoridades panameñas. (EFE/ Mauricio Dueñas Castañeda)
La Selva del Darién es una jungla ubicada entre el noreste de Colombia y el suroeste de Panamá. Tiene 575.000 hectáreas y aunque es Patrimonio de la Humanidad desde 1981, la migración riesgosa, las mafias que operan allí y los animales de la zona, la han convertido en uno de los puntos más peligrosos para los viajeros de varias nacionalidades que buscan llegar a los Estados Unidos.
Según las plataformas Insight Crime y Open Democracy, en el Darién operan del lado colombiano el Clan del Golfo –también conocido como Autodefensas Gaitanistas de Colombia– y del lado panameño “pequeñas bandas delictivas han sometido a los migrantes a un régimen de asaltos y violencia”. Estas organizaciones criminales controlan las redes de tráfico de personas, las amenazan, explotan, las asaltan o las utilizan como transportadores de droga.
La plataforma especializada en seguridad ha estimado que “los migrantes pagaban hasta USD 440 por ser transportados desde Necoclí, un municipio ubicado en el golfo de Urabá, hasta Carreto, una localidad panameña al otro lado de la frontera. En otros casos, los migrantes pagaban entre USD 310 a USD 350 por llegar desde Necoclí hasta Acandí o Capurganá, en Chocó, cerca de la frontera con Panamá”. El Clan del Golfo reclama el 20% de impuesto a los guías y comunidades que conducen a los migrantes a través del Darién. La estimación es que los miembros de esta organización reciben USD 125 por cada migrante. De ser correcto ese cálculo, anualmente el Clan del Golfo obtiene USD 57 millones.
Los migrantes son transportados por el río en canoas hasta los albergues gubernamentales, como los de Lajas Blancas o San Vicente, en el mismo Darién. (EFE/ Bienvenido Velasco)
Para emprender su camino hacia los Estados Unidos, miles de migrantes pagan a coyotes –como se conoce a los traficantes de personas– para que los dirijan por las rutas más convenientes. Para ese viaje, los migrantes pagan miles de dólares –las sumas se han cuantificado entre USD 5.000 y USD 20.000, aproximadamente. Sin embargo, la influencia de las redes sociales, especialmente de TikTok, ha provocado que muchos decidan emprender el camino solos, esto se conoce como migración propia.
El portal Primicias de Ecuador recogió el testimonio de un joven quiteño que llegó a los Estados Unidos a inicios de este año. Adrián Guzmán, de 25 años, se sumó a la tendencia creciente de ecuatorianos que buscan mejores oportunidades en los Estados Unidos. Motivado por la inseguridad en su país y los bajos ingresos como enfermero, decidió emprender un viaje peligroso. Inició su travesía el 5 de diciembre de 2023 y se convirtió en uno de los miles de ecuatorianos que cruzaron el tapón del Darién ese año, según información del Servicio Nacional de Migración de Panamá.
Para viajar, Guzmán había recopilado información de las cuentas de TikTok que informan sobre las rutas, transportes y horarios para la travesía. En Colombia, el joven contrató a un coyotero por USD 400 para facilitar su travesía hacia Panamá, hasta la selva del Darién, donde se topó con una compleja red criminal que controla el paso de los migrantes y cobra tarifas que varían entre USD 300 y USD 900 dependiendo de la ruta y servicios ofrecidos. A pesar del peligro, optó por caminar solo junto a otros migrantes para ahorrar costos.
Los migrantes llegan a la frontera estadounidense y se entregan a las autoridades. (REUTERS/Rebecca Noble)
Durante su paso por Costa Rica, Nicaragua y Honduras, Guzmán presenció actos solidarios entre migrantes y estuvo siempre alerta ante la posibilidad de ser interceptado por coyoteros o enfrentar situaciones riesgosas como el robo que sufrió en Guatemala.
Sin embargo, en México fue secuestrado por guías que pedían entre USD 500 y USD 800 para permitirles cruzar el muro hacia Estados Unidos. Después de tres días de cautiverio y de pagar una suma de dinero que no reveló, Guzmán logró entregarse a las autoridades estadounidenses cerca de Sonoyta, Arizona. Actualmente está en medio de procesos legales y espera comparecer ante la corte en diciembre de 2024. Guzmán advierte sobre la realidad detrás de las imágenes idílicas que circulan en las redes sociales sobre la vida en el extranjero.