El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, presentó un plan de apoyo a la juventud negra con un fuerte discurso contra el racismo, que calificó como una “lacra” que debe ser combatida en el país y en el mundo.
“Hay que acabar con ese racismo estructural que ofende, golpea y mata”, y con “la realidad de que, todos los días, las personas negras son víctimas de múltiples violaciones de derechos” que “ya no pueden ser aceptadas”, declaró frente a cientos de jóvenes.
“Es necesario entender que, cuando vemos a una persona negra, no estamos viendo un color, estamos viendo a un ser humano que tiene sentimientos, deseos, que quiere vivir dignamente y que debe ser respetado”, afirmó.
Según Lula, “en todo momento, en algún lugar de Brasil hay alguna persona sufriendo agresiones verbales o físicas solo por el color de su piel, o siendo víctima de una bala perdida, que casi siempre encuentra un cuerpo negro” en alguna comunidad pobre del país.
“No podemos creer que eso es normal y no podemos ser apáticos frente a ese exterminio”, declaró el mandatario, para reiterar su deseo de que Brasil “sea un país con más justicia social, menos desigualdad, y sin ningún tipo de discriminación”.
También sostuvo que el racismo es un problema “mundial” y citó el caso del futbolista Vini Júnior, de quien dijo que pese a ser “uno de los más importantes del mundo y jugar en un club de los más importantes del mundo”, como el Real Madrid, es insultado por el color de su piel.