Luis Arce enfrenta el más fiero ataque de Evo Morales, pero opta por convocar a los militares para enfrentar la amenaza de que Bolivia se balcanice.
Morales lo acusó de haber entregado millones de dólares al “neoliberal” expresidente Gonzalo Sánchez de Lozada cuando era el encargado de las bóvedas del Banco Central, en 2003.
“Cuando Goni estaba escapando, él (Luis Arce) era encargado de la bóveda del Banco Central. Quisiera que Lucho nos diga cuánta plata se llevó Goni”, dijo el cocalero en su ataque más duro al presidente, que ahora lo define como su “principal opositor”.
Arce no respondió a Morales y prefirió exhortar a los militares a prepararse para una guerra diferente, “híbrida”, que incluiría el peligro de la balcanización de Bolivia.
La rivalidad de los dirigentes del MAS no cede ni siquiera por la proximidad de la Navidad, y cuando Argentina refuerza las fronteras comunes excavando junto a la línea fronteriza profundas zanjas para frenar el narcotráfico.
La única respuesta del gobierno de Arce al cocalero sigue manteniendo el estilo solapado, porque consiste en el oportuno descubrimiento y destrucción de fábricas de cocaína en la región donde Morales es un señor feudal, el Chapare.