En Venezuela el salario mínimo mensual actual equivale a solo 5 dólares, y en Nicaragua el 70 % de empleos son informales. Estos y otros problemas fueron el foco de este Primero de Mayo en América Latina, en el que la fuerza laboral de la región exigió condiciones justas para mejorar su calidad de vida.
MARCHAS
En Argentina la población hizo un acto masivo en la Plaza de Mayo por “la derrota del ajuste y el pacto del Gobierno con el Fondo Monetario Internacional (FMI) apoyado por todos los partidos patronales”.
Los reclamos enmarcan problemas como la inflación del 104,3 % anual en marzo último, la caída del poder adquisitivo de los salarios, la informalidad laboral y el aumento de la pobreza al 39,2 % en 2022.
Por otra parte, la Central de Trabajadores-Alianza Sindical en Venezuela pidió un consejo consultivo nacional de salarios, como una instancia permanente y exhortó a la liberación de los dirigentes gremiales detenidos por defender los derechos.
En marzo de 2022, el Ejecutivo fijó el salario mínimo en 130 bolívares, que equivalían entonces a 30 dólares, y que por la inflación se vieron reducidos a poco más de 5 dólares.
En Nicaragua, según economistas independientes, como Adolfo Acevedo, más del 70 % de los trabajos corresponde al sector informal.
Tras el acto de la central sindical por el Día Internacional de los Trabajadores, el Gobierno de Uruguay expresó su “desacuerdo” con ser responsable de un modelo “desigual” pero dijo estar abierto a “construir” diálogo.
Los trabajadores en Colombia salieron con banderas, arengas y pancartas para apoyar las reformas que impulsa el Gobierno de Gustavo Petro, quien llamó al pueblo a movilizarse, ya que sus propuestas no han tenido éxito en el Congreso.
Por su parte, la ministra chilena de Trabajo y Previsión Social, Jeannette Jara, pidió al Parlamento “acelerar” la discusión de un proyecto que busca aumentar de manera gradual el salario mínimo hasta los 500.000 pesos (cerca de 620 dólares) en julio de 2024.
Pese a tener uno de los salarios mínimos más altos de Latinoamérica, tras un rebote del producto interior bruto (PIB) del 11,7 % en 2021, la economía chilena creció solo un 2,4 % el año pasado, mientras que la inflación cerró con un alza del 12,8 %, la más alta desde 1992.