La costa suramericana del Pacífico se ha convertido en un camposanto animal plagado de miles de cadáveres de lobos marinos, pingüinos y otras aves a causa de un brote de gripe aviar que amenaza con provocar un desastre ambiental en especies marinas autóctonas de la región.
En Chile, desde diciembre se contabilizaron 1.535 lobos marinos y 730 pingüinos de Humboldt fallecidos a causa del virus, y en Perú, al menos 5.000 lobos de mar han muerto infectados.
En Ecuador, se han reportado más de 1,2 millones de aves muertas o sacrificadas por la aparición de varios brotes en granjas industriales.
Se ha detectado que las aves migratorias son portadoras del virus, lo que ha afectado a la fauna silvestre de América del Sur.
Los expertos señalan que es una situación inédita, ya que es la primera vez que se produce el ingreso a Sudamérica de un virus influenza aviar de alta patogenicidad y de origen Euroasiático.