El presidente de Guatemala Alejandro Giammattei dio inicio este lunes a la transición política al recibir en la Casa Presidencial al mandatario electo Bernardo Arévalo con la presencia del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, como testigo y garante.
En la organización son conscientes de que, a diferencia de la misión que encabezó el mes pasado, ahora el diplomático deberá transitar en un campo más complejo, explicaron fuentes de la OEA. En primer lugar, porque el propio Almagro ya empezó a jugar un rol diferente.
A comienzos de agosto el secretario general fue invitado por el gobierno de Giammattei para realizar una misión antes de que se realizara el balotaje y allí jugó un papel diplomático. Se reunió con todos los actores políticos, escuchó al gobierno en ejercicio, a los dos candidatos, al TSE, a la fiscal general, al fiscal que lleva adelante los casos contra Semilla, a legisladores de diferentes partidos y a la Corte Constitucional.
Durante la semana que duró esa primera misión evitó realizar comentarios o apreciaciones que pudieran afectar el resultado de la misión, que logró llevarse un compromiso de todos los actores de que las elecciones se realizarían sin interferencias y en calma.
Ese compromiso fue cumplido y el 20 de agosto Arévalo fue electo presidente. Pero apenas días después, reiniciaron los ataques del Ministerio Público al partido de Arévalo, a los que se sumaron también acciones de la bancada oficialista en el Congreso, al declarar a los legisladores del Movimiento Semilla como independientes, limitando así algunas de las acciones propias de los congresistas.