Decenas de pobladores mayas, del norte de Guatemala, acompañaron un entierro masivo para despedir a 61 personas que murieron tras ser desplazadas durante el conflicto armado (1960-1996) y que no pudieron ser identificadas.
“Hoy despedimos a estas familias con las que nos desplazamos por las montañas durante la guerra”, declaró a Pedro Chávez, representante de una asociación de sobrevivientes del conflicto armado interno, previo a la inhumación en la comunidad ixil de Jacaná, ubicada en el departamento (provincia) de Quiché, 260 kilómetros al norte de la capital guatemalteca.
Entre rezos y rostros de tristeza, integrantes de la comunidad llevaron en brazos los féretros de los 61 fallecidos hacia el mausoleo que construyeron para ellos y donde develaron un monumento en su memoria.