“Con fe y en el nombre de Dios”, Élide Maldonado se encomienda antes de recibir la primera dosis de Abdala en Caracas, sin mayor información sobre este candidato vacunal contra el coronavirus cubano, acogido con críticas del gremio médico venezolano por no estar aprobado por la OMS.
Maldonado dejó a un lado las dudas que le hacían cuestionar el pinchazo en un pequeño auditorio acondicionado para jornadas de vacunación en Fuerte Tiuna, principal complejo militar de la capital de Venezuela.
“Que la vacuna no servía, que no sé qué. ¡Pero no! Uno lo que tiene es que meterse por internet, averiguar, informarse y tener fe”, dijo esta maestra de preescolar de 46 años.
El laboratorio estatal de Cuba que desarrolló la Abdala sostiene que tiene una eficacia de 92%, pero médicos venezolanos, oenegés y la oposición son escépticos sobre este producto, que aún espera por la autorización de la Organización Mundial de la Salud (OMS) e incluso de la agencia reguladora cubana.