Las autoridades médicas tienen previsto autorizar en junio el “uso de emergencia y o un registro condicionado” para Abdala y Soberana 2 y así continuar con la inmunización masiva.
“El pinchacito, de momento me dio un ardorcito”, pero “me siento divina”, explica Cecilia Reyes, de 69 años, después de recibir la primera dosis de Abdala, uno de los dos proyectos vacunales más avanzados de Cuba y con el que La Habana ha empezado la inmunización contra el coronavirus de sus habitantes.
La isla, que ha concebido y desarrollado sus propios antígenos contra el coronavirus, se apresuró esta semana para iniciar la campaña de inmunización en poblaciones de riesgo, antes de terminar los ensayos clínicos de sus candidatas a vacunas.
Este tipo de campañas antes de concluir los ensayos se conocen como intervención de salud pública.