En una entrevista muy dura con el diario brasileño Estado de São Paulo, Roberto Mangabeira Unger, ex ministro jefe de la Secretaría de Asuntos Estratégicos de la Presidencia de la República tanto con Luiz Inácio Lula da Silva acusó al actual gobierno de no tener un verdadero proyecto de desarrollo para el país.
“¿Cuál es el proyecto del actual gobierno de Lula? Es hacer concesiones al mercado financiero, repartir limosnas a los pobres y vender soja, carne y mineral de hierro”, dijo. También se podría añadir dejar el campo libre a actores extranjeros como China, especialmente en el sector de la vigilancia.
La semana pasada, de hecho, Brasilia abrió oficialmente sus puertas al gigante de las telecomunicaciones Huawei.
En un acto oficial para celebrar los 25 años de la empresa en el país, los chinos anunciaron un acuerdo de cooperación con el Consejo de Desarrollo Económico y Social Sostenible (CDESS), que actúa como órgano consultivo directo del Presidente de la República y en el que Huawei ya ocupa un puesto.
En sus intenciones, la multinacional de Pekín quiere colaborar con el Brasil de Lula en proyectos de inclusión social, digital y de protección del medio ambiente, como el de la isla de Marajó, en plena Amazonia brasileña, la misma en la que los políticos locales denuncian desde hace tiempo la presencia masiva de pesqueros ilegales chinos.
Huawei también anunció un programa educativo en el que pretende formar a más de 40 mil brasileños en el sector de las telecomunicaciones. Según declaró Pedro Lucas, Director de Inversiones e Innovación del Ministerio de Comunicaciones de Lula, en Brasil el gigante chino ya está presente con más de 2.500 equipos tecnológicos certificados, en más del 46% de las redes de telecomunicaciones y tiene asociaciones con 24 instituciones académicas y de investigación.