La corrupción estatal, el narcotráfico y la migración serán los principales desafíos del nuevo presidente de Guatemala, que gobernará de 2024 a 2028 y que será definido a partir de este domingo en las elecciones generales en el país centroamericano.
A ello se sumará la reconciliación del estado con los derechos humanos, después de que en 2022 la Comisión Interamericana de Derechos Humanos la incluyera en su capítulo IV al igual que a Venezuela y Nicaragua.
“Guatemala está bajo un retroceso grave y la mayoría de personas que juzgamos casos de corrupción y delitos de lesa humanidad hemos tenido que salir del país”, dijo el exjuez de casos de alto riesgo Miguel Ángel Gálvez, quien se encuentra exiliado por persecución en su contra.
Gálvez, con una amplia trayectoria en el país centroamericano, fue quien envió a juicio al expresidente Otto Pérez Molina (2012-2015) por corrupción y también manejaba un caso de alto impacto sobre delitos de militares en la guerra interna al momento de exiliarse.
Quizás el rasgo más marcado de la corrupción en Guatemala es la cooptación del sistema judicial, ya que el país centroamericano no ha renovado a sus magistrados de la Corte Suprema de Justicia desde hace cuatro años, como establecía la ley.