Se agrava el misterio en torno al acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur bloqueado por las nuevas exigencias medioambientales planteadas por los países del viejo continente en una carta presentada a Brasil en marzo, condiciones ya calificadas por Lula como “una amenaza”.
El principal bloque comercial de Sudamérica, creado hace 32 años, está formado por cuatro países miembros, Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, y siete asociados, es decir Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú y Surinam.
La semana pasada, el Ministro de Asuntos Exteriores de Brasil, Mauro Vieira, declaró públicamente que “el Mercosur ha enviado a la UE una respuesta a las demandas europeas” pidiendo que la UE sea “más flexible” sobre las posibles sanciones que podrían imponerse a los países sudamericanos en caso de que no cumplan plenamente las normas europeas sobre la deforestación.
Sin embargo, estas declaraciones provocaron el desconcierto diplomático de Paraguay y Uruguay, que negaron haber presentado cualquier documento escrito. Según la prensa brasileña, los diplomáticos europeos también afirmaron que no se había recibido ninguna contrapropuesta “consolidada”.
En Paraguay hubo un cambio de gobierno en agosto con la asunción del nuevo presidente Santiago Peña del Partido Colorado, mientras que Uruguay diverge de las posiciones de Lula que asumió la presidencia del bloque en julio pasado durante la cumbre del grupo en Puerto Iguazú, Argentina.
En la reunión, Uruguay no firmó el comunicado final pero presentó un documento propio en el que insiste en la modernización del bloque y “la formación de una zona de libre comercio” para que cada miembro pueda cerrar acuerdos comerciales bilaterales sin necesidad del consentimiento del resto de los países del bloque.