El presidente de Brasil, Lula da Silva, calificó este domingo la situación de los indígenas yanomamis de “genocidio” y “crimen premeditado”. El mandatario responsabilizó de este de forma implícita a la Administración de Jair Bolsonaro.
“Más que una crisis humanitaria, lo que vi en Roraima fue un genocidio. Un crimen premeditado contra los yanomamis, cometido por un Gobierno insensible al sufrimiento del pueblo brasileño”, indicó el presidente. Lula viajó el sábado al estado amazónico de Roraima, fronterizo con Venezuela, para conocer in situ el grave estado en el que se encuentra el pueblo yanomami. Esta comunicada sufre numerosos casos de desnutrición infantil y cuadros graves de enfermedades consideradas evitables.
El Gobierno ordenó la apertura de una investigación por un posible delito de “genocidio” contra dicha etnia, según anunció el ministro de Justicia, Flávio Dino. Asimismo declararon la “emergencia sanitaria” de “importancia nacional” en la tierra indígena Yanomami, la más grande de Brasil con 10 millones de hectáreas.
El Ministerio de los Pueblos Indígenas estima que “al menos 570” menores yanomamis fallecieron “por contaminación de mercurio, desnutrición y hambre”. Durante su gestión, Bolsonaro recortó el presupuesto de los órganos que combaten los delitos medioambientales. Así también, el ultraderechista defendió la explotación de minerales y madera en las reservas indígenas.