Un derroche de colores y música, junto al sincretismo entre la religiosidad y la tradición andina, se vieron este sábado en la fiesta boliviana del Gran Poder, el mayor desfile folclórico de La Paz reconocido como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en 2019.
La también llamada “Fiesta mayor de los Andes” nació a principios del siglo pasado con fiestas indígenas en barrios populosos de La Paz, pero se convirtió en un desfile folclórico y masivo alrededor de 1940.
Las 75 fraternidades que participan en el desfile recorren unos 8 kilómetros bailando diversas danzas bolivianas desde el populoso barrio Garita de Lima, en el noroeste de la ciudad, hasta el centro de La Paz, en devoción del Señor Jesús del Gran Poder, patrono de la fiesta.
Los alrededores de la Garita de Lima se convirtieron desde temprano en mercadillos callejeros llenos de comerciantes ambulantes que ofrecían accesorios para dar los últimos toques a las vestimentas de los danzarines y músicos, desde botones, agujetas o bandas elásticas hasta servicios de maquillaje y peinado para las mujeres.
El desfile estuvo precedido por un grupo de “amautas” o sabios aimaras que llevaban braseros con incienso e hicieron peticiones de prosperidad a las deidades andinas y al Señor del Gran Poder.
Tras ellos iban dos carrozas que llevaban una pintura y una imagen de Jesús del Gran Poder, flanqueadas por decenas de bailarines y monaguillos, y luego una comitiva de autoridades liderada por el alcalde de La Paz, Iván Arias, junto a representantes de los folcloristas paceños y otros funcionarios municipales.