El Movimiento al Socialismo (MAS) inicia este martes su décimo congreso nacional entre denuncias de sabotaje y traición en un oficialismo dividido entre afines al presidente de Bolivia, Luis Arce, y seguidores del exmandatario y líder del partido gobernante, Evo Morales.
El encuentro del partido oficialista estuvo en duda hasta la noche de este lunes a la espera de que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) se pronunciara sobre los recursos que presentaron varios “arcistas” en contra del congreso, pero no hubo quórum en la sala plena.
Sin embargo, la vocal Nancy Gutiérrez aclaró a los medios que el TSE “no autoriza” y que ya se encuentra en la localidad de Lauca Ñ, sede del congreso, el Servicio Intercultural de Fortalecimiento Democrático (Sifde) para “acompañar” y “supervisar” el encuentro del MAS.
Precisamente Lauca Ñ, en el Trópico del departamento central de Cochabamba, bastión político y sindical de Morales, es uno de los tantos motivos que tiene enfrentados a los militantes del MAS.
Morales advirtió este domingo que el congreso del partido se realizará “sí o sí” pese al desacuerdo de los afines a Arce, que también han rechazado el reciente anuncio del expresidente de que fue “obligado” a presentar su candidatura para las elecciones presidenciales de 2025 para “salvar de nuevo a Bolivia”, aspiración que según los estatutos del MAS se debe definir en las primarias del próximo año.