El alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, anunció este lunes que el próximo jueves comenzará un racionamiento de agua por sectores para hacer frente a la sequía que ha reducido a mínimos históricos el nivel de los embalses que abastecen a la capital colombiana.
“Tenemos un nivel de alerta en los embalses”, ha declarado el alcalde en una rueda de prensa donde señaló que el 70 % del agua que se consume en Bogotá viene del sistema Chingaza, formado por los embalses de Chuza y San Rafael, que en este momento “está en un nivel históricamente bajo, es el más bajo desde que entró en operación a mediados de los años 80”.
Galán explicó que debido a la escasez de lluvias, agravada por el fenómeno de El Niño, el nivel del sistema Chingaza está en un 16,97 % de su capacidad, lo que equivale a 48 millones de metros cúbicos.
Los otros dos sistemas que abastecen a Bogotá, el Agregado Norte y el Agregado Sur, están un poco mejor, con niveles del 54,23 y un 44,34 % de su capacidad, respectivamente, pero responden por solo un 30 % del agua que consume la ciudad, de casi ocho millones de habitantes.
“Esta situación tiene que ver, obviamente, con el fenómeno de El Niño y con un mes de marzo que se agravó porque se preveía que iba a tener lluvias la última semana y que la tendencia en los embalses iba a cambiar, pero eso no ocurrió; tuvimos un marzo de los más secos históricamente y eso agravó la situación y nos llevó a la situación que estamos viendo”, manifestó el alcalde.
Según Galán, para este año se proyectaba un bajo nivel de los embalses, pero el resultado ha sido peor de lo esperado y por esa razón “se proyecta un 2025 más crítico que el 2024”.