La exmandataria enfrenta tres procesos en la justicia ordinaria por genocidio, terrorismo, sedición, conspiración, resoluciones contrarias a la Constitución e incumplimiento de deberes.
Jeanine Áñez, presidenta interina de Bolivia entre 2019 y 2020, fue detenida en su domicilio el 13 de marzo de este año, acusada de ser la coautora de un “golpe de Estado”. Seis meses después, la exmandataria derechista espera el juicio en su contra.
“La persecución política ha comenzado”, tuiteó la expresidenta derechista horas antes de su arresto en el departamento amazónico de Beni, de donde es oriunda.
En prisión preventiva en La Paz, la abogada y expresentadora de televisión, de 54 años, es señalada por haber promovido un supuesto golpe de Estado contra su predecesor, el izquierdista Evo Morales (2006-2019).
Además, podría ser sometida a cuatro juicios de responsabilidades, previa aprobación de dos tercios del parlamento.
La expresidenta se autolesionó el 21 de agosto en la cárcel haciéndose cortes en un brazo. Días antes, un médico le había diagnosticado “hipertensión y síndrome ansioso depresivo”.
Por ese motivo, su familia solicitó varias veces, sin éxito, que Áñez pueda defenderse en libertad o, al menos, en prisión domiciliaria.