En su papel de gerente de operaciones de Avid Bookshop en Athens, Luis Correa muestra una profunda pasión por los libros y la literatura. Por lo tanto, cuando un cliente solicitó el envío de libros por correo a un recluso en la cárcel del condado de Gwinnett el año pasado, Correa se sintió encantado de poder ayudar.
Correa explicó que, inicialmente, creía haber seguido todos los procedimientos correctamente, pero pronto se encontró con las políticas restrictivas de la cárcel.
Después de enviar los libros, Correa recibió un recibo de devolución indicando que los libros no eran provenientes de un “minorista autorizado”.
Para Correa, enviar libros a personas encarceladas es un acto de libertad de expresión y un medio para mantener viva la comunicación y la conexión humana.
Avid Bookshop decidió tomar medidas legales y presentó una demanda federal contra el sheriff del condado de Gwinnett, Keybo Taylor, y el jefe de carceleros, Benjamin Haynes, cuestionando la constitucionalidad de la política de correo de la cárcel. Esta política exige que los libros y revistas solo sean aceptados si son enviados directamente desde un editor o minorista autorizado.
La Oficina del Sheriff del Condado de Gwinnett respondió a la demanda afirmando que su política de correo está diseñada para mantener la seguridad tanto del personal como de los reclusos, y que no restringe el contenido o el tema de las publicaciones, sino solo el origen del envío.