Recientemente, se presentó una demanda alegando que el personal de la cárcel del condado de Fulton no tomó medidas adecuadas para preservar la vida de un recluso adolescente.
El 1 de febrero de 2021, Shane Kendall, de 18 años, falleció en la cárcel del condado de Fulton. Rachel Kaufman, la abogada de la familia, expresó que la muerte de Kendall podría haberse evitado con la atención debida.
“Si se tomaban cinco segundos para conocerlo, era simplemente el niño más vulnerable”, señaló Kaufman.
Kendall, acusado como adulto a los 15 años por el homicidio de su madre adoptiva, presentaba un significativo retraso en su desarrollo debido a la exposición a cocaína al nacer y enfrentaba diversos problemas de salud mental.
La demanda presentada este año sostiene que el personal de la cárcel descubrió a Kendall inconsciente y colgado de una sábana en su celda el 1 de febrero de 2021. Alega que la respuesta del personal fue lenta e ineficaz, sin realizar maniobras de resucitación cardiopulmonar continua ni llamar a un desfibrilador externo automático (DEA) a la celda para intentar salvar al adolescente.
“No sabemos realmente qué sucedió”, afirmó Kaufman, quien plantea dudas sobre la forma en que la situación pudo haber sido diferente si Kendall no hubiera sido incluido en la “población general” de la cárcel. Subrayó la necesidad de que el sistema y el proveedor médico en la cárcel asuman responsabilidad para prevenir futuras tragedias como la de Kendall. Además, Kaufman criticó el hecho de que, a pesar de las circunstancias médicas, Kendall fue tratado como un adulto desde su arresto, sin considerar su grave enfermedad mental.