Jennifer Herrera nunca hubiera imaginado que la compra de la casa de sus sueños se convertiría en una pesadilla. Hace dos semanas, adquirió una propiedad en Cliff Creek Court en Smyrna. No obstante, antes de poder trasladarse, se encontró con una situación alarmante.
“Me asusté cuando me di cuenta de que había alguien dentro de la casa. Me dirigí directamente a mi esposo y al propietario anterior, preguntándoles si había alguien que pudiera creer que tenía derecho a estar en la casa o un código para ingresar al garaje, y ambos negaron tal situación. Por lo tanto, decidí llamar a la policía”, comentó Herrera.
De acuerdo con el informe policial inicial, un individuo llamado Oginga Thompson afirmó haber celebrado un contrato de arrendamiento para alquilar la casa, a pesar de que Herrera era la propietaria legítima y poseía la escritura de la vivienda. Thompson expresó: “Fui engañado. Me dijeron que podía mudarme, me proporcionaron un contrato de arrendamiento y luego me estafaron, tanto con mi dinero como en general”.
Thompson manifestó que descubrió la propiedad a través de Facebook y proporcionó el nombre y la dirección del supuesto propietario en Locust Grove. Thompson argumentó: “No estoy tratando de despojarla de su casa. Estoy tratando de encontrar una solución para mí y mi familia”.
Thompson y otros individuos continuaron viviendo en la casa incluso después de que comenzaron a surgir preguntas. Esta situación llevó a que se suspendiera el suministro de agua que Herrera estaba pagando. Poco después, un vecino los fotografió jugando con el contador del agua, lo que motivó la intervención del alcalde.
El alcalde de Smyrna, Derek Norton, declaró: “Les diría a todos aquellos que participan en este tipo de actividades en otras comunidades que el condado de Cobb y Smyrna no permiten este tipo de conductas”. Como resultado, la policía intervino y Thompson fue arrestado el jueves. La policía de Smyrna acusó a Thompson de robo de servicios y manipulación de la propiedad gubernamental relacionada con el medidor de agua.
Herrera expresó su enojo y descontento, señalando: “Esta es una casa que tenía la intención de amar, respetar y cuidar, al igual que los propietarios anteriores”. Después de dos semanas de frustración, Herrera finalmente puede mudarse a su nuevo hogar.