El senador estatal Bo Hatchett, republicano por Cornelia, es el patrocinador principal del proyecto de ley SB377, que prohíbe la enseñanza de la teoría crítica de la raza en las escuelas y universidades estatales de Georgia.
El proyecto de ley prohíbe la enseñanza de temas divisivos que causarían que alguien “sintiera incomodidad, culpa, angustia o cualquier otra forma de molestia psicológica debido a su raza, color de piel o etnia”.
“Debemos asegurarnos de que a ningún estudiante se le enseñe a sentirse culpable o menos que por cómo nació”, dijo Hatchett. “No se les debe enseñar que un individuo, únicamente por su raza, etnia o color de piel, es inherentemente racista, opresivo o tiene algún tipo de prejuicio, ya sea consciente o inconscientemente”, añadió sobre su postura.
Sin embargo, los demócratas no demoraron en expresar su oposición a la medida.
Tal fue el caso de Billy Mitchell, de Stone Mountain, quien piensa que la educación debe dejarse en manos de los educadores y los distritos escolares locales. “Creo que esta es una intrusión horrible en lo que debería dejarse en manos de los profesionales”, dijo.
De igual forma opinó la demócrata por Atlanta, Sonya Halpern. “Si las intenciones de este proyecto de ley son dificultar que los maestros enseñen, ya sea para K-12 o hasta el nivel universitario, entonces ciertamente lo logra”, comentó la senadora.
Halpern, además, dijo que está bien que los niños se sientan incómodos con algunos temas si es apropiado para su edad. “Si alguien se siente triste o molesto, no siempre es algo malo”, afirmó. “Me sentí terrible cuando vi ‘Roots’ cuando era niña. Y eso es bueno, debería sentirme terrible al ver representaciones de la esclavitud de la forma en que las vi. Si una persona blanca vio eso y también se sintió triste, eso no es necesariamente una cosa terrible”.
El proyecto de ley dice que cualquier entidad o universidad que viole las reglas podría estar sujeta a un proceso de revisión y luego perder fondos estatales o federales emitidos por el estado mientras se lleva a cabo la investigación.
Aparte, no prohibiría la discusión de conceptos divisivos o temas de esclavitud y opresión racial como parte de una instrucción más amplia. Pero requeriría que las escuelas desarrollen un sistema de quejas donde el director o la persona designada debe responder dentro de los cinco días escolares
Las quejas primero deben dirigirse al director de la escuela o su designado, quien debe revisarlas dentro de los tres días y debe responder dentro de los cinco días escolares.