Madonna seguirá siendo la única Reina del Pop, así lo demostró la noche del sábado en su primer concierto del Celebration Tour en el que recorrió cuatro décadas de trayectoria, un deleite musical, de moda, de atuendos icónicos de sus grandes éxitos, tintes teatrales, y por supuesto, irreverencia, rebeldía y homenajes a quienes murieron de sida, pero también a Michael Jackson, a su mamá y a la pintora mexicana Frida Kahlo. Un viaje pop de una de las grandes leyendas que ha roto todos los esquemas y lo continúa haciendo, sólo hay que verla con un atrevido vestido acariciándose sin pudor y totalmente provocadora.
Madonna compartió sus “secretos, historias, pociones mágicas, imaginaciones y fantasías”, como lo describiría al hacer una pausa y preguntarle a sus devotos fans: “¿Están listos?, ¿están listos, cabrones?”. Pero antes de entrar de lleno a la celebración, compartió su amor por México, a través de la vida y obra de Frida Kahlo, uno de sus referentes creativos.
“Como saben, tengo una gran historia, una larga historia con México. Cuando era niña descubrí a Frida Kahlo, fui al único museo que existía en Detroit y había murales de Diego Rivera por todas partes, pero para ser sincera, me interesaba más una pequeña imagen en un rincón, de una hermosa mujer con el cabello recogido en trenzas y unos ojos intensos. Leí su historia y ella me dio esperanza, porque yo no encajaba. Me sentía como una extraña, como un bicho raro que nadie me entendía. Ella es mi alma gemela, mi musa eterna, mi madre, mi animal espiritual. Ella es todo”, dijo Madonna visiblemente conmovida antes de cantar “Burning Up”.
En varios medios se da a conocer que Madonna habría acudido el jueves por la noche a la casa de la familia de Frida Kahlo, estuvo varias horas y detallan que iba vestida con botas y sombrero de piel en color blanco.