La colaboración pudo haber sido histórica, pero la falta de compromiso y dinero arruinó los planes
Durante mediados de los años 90, Guns N’ Roses experimentaba un período de cambios y tensiones internas, que finalmente culminarían con la salida de prácticamente todos los miembros fundadores, siendo uno de los primeros en salir el guitarrista Izzy Stradlin en 1991. Este fue reemplazado por Gilby Clark, quien también abandonaría el barco en 1994.
A partir de esto, el grupo comenzó a barajear varias opciones para reemplazar Stradlin, y entre ellos destacó otra figura que ya comenzaba a convertirse en una importante figura dentro del rock y el metal: Zakk Wylde.
En una reciente entrevista para Ozzy’s Boneyard de SiriusXM, Wylde reveló que mientras trabajaba en el álbum “Ozzmosis” de Ozzy Osbourne, recibió una llamada del entorno de Guns N’ Roses. Le preguntaron si estaría interesado en reunirse y tocar con la banda. Curioso por la propuesta, Wylde se puso en contacto con Slash, quien le confirmó que su nombre había surgido durante una discusión sobre posibles nuevos integrantes.
Tras estos primeros acercamientos, el vocalista Axl Rose se comunicó con Zakk Wylde en 1995 para comenzar a ensayar y probar la dinámica del grupo.
Fue así que la nueva etapa de Guns N’ Roses estaba dando inicio, y aunque muchos podrían considerar que Wylde podría encajar perfectamente en la banda, el guitarrista comenzó a desesperarse debido a que los ensayos no estaban llegando a ningún lado. La situación se volvió más complicada por la falta de dinero que había en el proyecto.
Fue en ese punto que la historia del rock tuvo un giro muy importante, pues si bien, Zakk no entró a Guns N’ Roses, las circunstancias lo orillaron a comenzar la banda Black Label Society.
Hasta el día de hoy, la agrupación de Wylde ha grabado un total de 12 álbumes de estudio, además de haber tenido entre sus filas a otras leyendas del género como Robert Trujillo, actual bajista de Metallica.