En el año 2023, la música urbana latina logró dominar las listas de éxitos internacionales en las principales plataformas de música en streaming. A nivel internacional, este género representa ya una cuarta parte de las listas globales.
Pensémoslo por un momento. La música en español está por todas partes, le guste o no, tenga la edad que tenga, incluso si viaja a otro país: en hilos musicales, en los bares, en las clases del gimnasio –donde no pueden faltar temas de María Becerra o Manuel Turizo–, en las fiestas del colegio –“Waka Waka” es un clásico–, en los anuncios publicitarios –Bad Bunny es el nuevo Britney Spears–… Hasta en un éxito de Hollywood como Barbie escuchará “Watati” de Karol G.
La explosión de la música urbana latina conlleva una expansión natural del español a nivel internacional. El español es ya la tercera lengua más extendida en el planeta, con casi 600 millones de hablantes. En el ámbito de la industria musical, el público potencial es aún más amplio.
En el Observatorio Nebrija del Español hemos analizado este fenómeno, su éxito y sus retos de futuro.
El mercado musical hispano ha sido codiciado desde hace décadas. Por ejemplo, muchos cantantes italianos desarrollaron sus carreras gracias a las grabaciones de sus discos en español para vender y hacer giras por toda América Latina.
La latinidad en la producción de música urbana está ligada a los procesos migratorios y de cosmopolitización. Para la comunidad latina, la música supone una representación cultural que sobrepasa el cruce social y de nacionalidades. Es un arte que tiende puentes desde lo local –por la migración interregional de las zonas rurales a ciudades de América Latina– a lo global, en especial en el mercado americano –por la emigración extrarregional–.