Es un fin de semana de celebraciones, fuegos artificiales, perritos calientes, desfiles y fiestas, pero un año más, ha llegado teñido de sangre. Un tiroteo en la madrugada del domingo en una fiesta en Baltimore y dos en la noche del lunes en Filadelfia (Pensilvania) y Fort Worth (Texas) han dejado en total 10 muertos y varias decenas de heridos con arma de fuego en Estados Unidos, cuando se cumple un año de otro tiroteo múltiple en las afueras de Chicago.
El fin de semana y puente de celebración del 4 de julio, Día de la Independencia de Estados Unidos, llega otra vez cargado de violencia.
El tiroteo de Baltimore dejó dos muertos y 28 heridos en la noche del sábado al domingo, muchos de ellos menores. El de Filadelfia, cinco muertos y dos menores heridos. Y el de Fort Worth, en una fiesta donde había cientos de personas, deja tres muertos y ocho heridos.
También durante la noche del lunes, tres personas murieron y ocho resultaron heridas en un tiroteo en Texas después de un festival local, según las autoridades. Cerca de la medianoche, agentes del Departamento de Policía de Fort Worth acudieron por avisos de disparos en una gran reunión de varios cientos de personas en el vecindario de Como.