Este miércoles, la Reserva Federal de Estados Unidos anunció el sexto aumento en lo que va del año para evitar una recesión. En esta oportunidad, se incrementó un 0,75% como medida para combatir el alza de precios y la inflación en el país.
Desde marzo, la Reserva Federal comenzó a utilizar está estrategia para intentar controlar la inflación. Está se vio incrementada tras la pandemia del COVID-19 y la guerra entre Rusia y Ucrania. De está manera, la tasa de interés oficial pasa a situarse entre el 3,75% y el 4 por ciento, el más alto desde 2017.
No obstante, el banco central estadounidense aseguró que se mantiene atento ante los riesgos de la inflación. Es por esto que afirman que las futuras alzas se darán en pasos más pequeños, para valorar el “endurecimiento acumulado de la política monetaria y la evolución económica”.