En una sorprendente caída de la líder de una de las universidades más prestigiosas del mundo, Liz Magill, presidenta de la Universidad de Pensilvania, renunció voluntariamente a la dirección de la escuela Ivy League este sábado, tras una ola de críticas por su testimonio sobre el antisemitismo en Capitolio el martes. El presidente de la junta, Scott Bok, también renunció este sábado.
“Ha sido un privilegio para mí servir como presidenta de esta notable institución”, dijo Magill en un comunicado. “Ha sido un honor trabajar con nuestros profesores, estudiantes, personal, exalumnos y miembros de la comunidad para promover las misiones vitales de Penn”.
Magill permanecerá en el cuerpo docente de Penn como profesora titular de la Facultad de Derecho de Penn Carey.
“En nombre de toda la comunidad de Penn, quiero agradecer a la presidenta Magill por su servicio a la universidad como presidenta y desearle lo mejor”, dijo Bok en un comunicado. “La semana pasada, Magill cometió un paso en falso muy desafortunado, consistente con el de dos líderes universitarios que estaban sentados junto a ella, después de cinco horas de un interrogatorio agresivo ante un comité del Congreso. Después de eso, quedó claro que su posición ya no era sostenible y ella y yo decidimos al mismo tiempo que era hora de dar un paso al costado”.
La renuncia marca una caída repentina y sorprendente para una académica de toda la vida. Aunque Magill había sido criticada durante meses por su manejo de los casos de antisemitismo en el campus, la gota que colmó el vaso fue su desastroso testimonio ante el Congreso el martes.
Magill intentó responder las preguntas sobre si los llamados a un genocidio contra judíos violaban el código de conducta de UPenn. Ella y otros rectores de universidades no respondieron explícitamente que los llamados al genocidio del pueblo judío constituían intimidación y acoso en el campus. El intercambio se volvió viral y provocó una avalancha de pedidos de renuncia por parte de líderes empresariales, donantes y políticos.
“Era hora de que la presidente Magill renunciara”, dijo Vahan Gureghian, un exadministrador de Penn que renunció en octubre en protesta por el manejo por parte de la facultad de un controvertido festival de literatura palestina celebrado en el campus. “La oportunidad de demostrar liderazgo era hace dos meses”.
Gureghian también había pedido la renuncia de Bok, señalando que él era “donde termina la responsabilidad”.