Los vendedores ambulantes del icónico puente de Brooklyn de Nueva York, un gran número de ellos latinos, se mostraron sorprendidos y desconcertados este viernes con la notificación que hizo la ciudad de que deben desalojar el lugar para el próximo 3 de enero.
El Departamento de Transporte (DOT) de la ciudad colocó por la mañana temprano notificaciones sueltas a lo largo de la verja del puente, en inglés y español, informando sobre la decisión, que afecta tanto a vendedores con licencia como los que no cuentan con ella.
“A partir del 3 de enero del 2024 no se permite la venta de mercancías en el puente de Brooklyn. Por favor, retiren todas sus pertenencias antes del 2 de enero a las 11:59 PM. Cualquier propiedad dejada en el puente será retirada”, se advierte en la hoja sobre la nueva regla que ha puesto en marcha la Administración del alcalde, Eric Adams, que argumenta razones de seguridad.
Vendedores con licencia que hablaron con EFE consideran injusto que se desaloje a todos del lugar pues la regla se debería de imponer a los que no tienen el permiso para vender en las calles.
Muchos repetían una y otra vez la sorpresa con la que recibieron la notificación, mientras miles de personas, algunos con niños y otros cargando sus mascotas por el tumulto, intentaban poco a poco cruzar el puente desde Manhattan a Brooklyn, uno de los puntos que más turismo atrae.
Otros se detenían a comprar desde gorras, sudaderas, peluches, perros calientes, agua, o cualquier recuerdo de la ciudad en las decenas de puestos a lo largo de la ruta, que agravan la gran congestión de transeúntes en el puente, que cruzan unas 34 mil personas al día, según datos del DOT.
En su parte mas ancha el puente mide cinco metros pero hay zonas en que se reduce hasta a metro y medio, lo que se reduce más aún con los puestos de venta.