El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, pronuncia este jueves en el Congreso el discurso del estado de la Unión. En él hace balance de su mandato como presidente, en lo que se convierte de alguna forma en un gran mitin de campaña en el que se juega en parte su reelección. Uno de los temas polémicos que tocó fue la migración.
“¿No les gustó esa ley? ¿Esa que hicieron políticos conservadores? ¡Qué sorpresa!” “Vean los hechos… Sé que saben leer”. Biden se defiende de los republicanos, quienes lo abuchean cuando entra en la parte de su discurso dedicado a la frontera, uno de sus puntos débiles.
Biden pide a Trump que permita a sus legisladores votar por la ley que destina millonarios recursos a la frontera. “Podemos pelear por la frontera o podemos arreglarla”, aseguró el presidente.
Taylor Greene, la radical legisladora de Georgia le recordó el nombre de la estudiante de Laken Riley, asesinada por un inmigrante ilegal. El presidente respondió que la mayoría de los homicidios no los cometen inmigrantes irregulares. “No voy a demonizar a los inmigrantes diciendo que envenenan a este país”, dijo criticando a Trump. “No separaré a las familias”, prometió.
Los republicanos tratan de ligar delincuencia con inmigración, pero Biden trata de demostrar que la inseguridad ha bajado. “Todos los estadounidenses merecen la libertad de estar seguros, y Estados Unidos es hoy más seguro que cuando tomé posesión. El año anterior a mi toma de posesión, los asesinatos aumentaron un 30% en todo el país, el mayor incremento de la historia. Eso fue entonces”, ha dicho, sin especificar que la pandemia fue en gran medida causante de esa oscilación tan fuerte. “Ahora, a través de mi Plan de Rescate de América, contra el que votaron todos los republicanos, he hecho la mayor inversión en seguridad pública de la historia. El año pasado, la tasa de homicidios registró el mayor descenso de la historia, y los delitos violentos cayeron a uno de los niveles más bajos en más de 50 años. Pero tenemos que hacer más. Ayudar a las ciudades y pueblos a invertir en más agentes de policía comunitaria, más trabajadores de salud mental y más intervención comunitaria contra la violencia”.