Ivanka Trump, la hija del ex presidente estadounidense Donald Trump, se desvinculó de las actividades financieras de su padre durante su testimonio ante el Tribunal Supremo de Nueva York en el juicio por fraude fiscal dirigido por la fiscal general del estado, Letitia James. Durante aproximadamente dos horas, respondió a las preguntas del abogado de la Fiscalía General de Nueva York, Louis Solomon, en un tono suave y tranquilo, en marcado contraste con la actitud de su padre, quien previamente había criticado al juez Arthur Engoron durante su testimonio en la corte.
Solomon se centró en la compra de un lujoso ático en la avenida Park por 8.5 millones de dólares, en contraste con el valor de 20.8 millones de dólares que aparecía en la declaración financiera de su padre, según la denuncia de la Fiscalía. Ivanka enfatizó que, como mencionó hace un año y medio, no participó en la elaboración de la declaración financiera de su padre, por lo que no podía confirmar qué se había tenido en cuenta.
La hija del magnate también se enfrentó a preguntas sobre la obtención de préstamos, y a pesar de la existencia de pruebas como correos electrónicos y cartas, respondió evasivamente con un “No lo recuerdo”.
Los hijos de Trump estuvieron muy involucrados en la empresa de su padre, la Organización Trump, uniéndose como socios comerciales después de graduarse en la universidad. En 2017, cuando Trump asumió la presidencia, la empresa quedó bajo la dirección financiera de Allen H. Weisselberg.
La fiscal general a cargo del caso, Letitia James, está investigando si los miembros de la familia Trump inflaron fraudulentamente el valor de sus activos para asegurar préstamos bancarios y reducir sus obligaciones fiscales.