En uno de los primeros grandes retos de su presidencia, el presidente Joe Biden está tratando de contener una creciente crisis humanitaria en la frontera suroeste del país con México.
Separados en grupos por láminas de plástico, decenas de migrantes están sentados en el suelo, apiñados juntos, según fotografías recientes tomadas dentro de un centro de procesamiento fronterizo de Estados Unidos en Donna, en Texas.
Las fotos entregadas a Reuters por el representante demócrata de Texas, Henry Cuellar, cuya oficina dijo que se tomaron el fin de semana.
Un fuerte aumento de la cantidad migrantes que huyen de la violencia, los desastres naturales y las dificultades económicas en Centroamérica está poniendo a prueba el compromiso de Biden con una política de inmigración más humana que la de su predecesor, Donald Trump.
Funcionarios están teniendo dificultades para albergar y procesar a un número cada vez mayor de niños no acompañados, muchos de los cuales han estado varados en puestos fronterizos durante días mientras esperan ser colocados en albergues gubernamentales ya abrumados.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) dijo el mes pasado que estaba abriendo la instalación temporal en Donna para proporcionar capacidad de procesamiento para el sector del valle del Río Bravo, mientras se renueva un centro permanente en McAllen.