Henry Kissinger, celebrando su centenario, ha sido un intelectual y estadista admirado, pero también ha sido criticado como cínico, arrogante, ególatra y criminal de guerra.
Aunque ya no tiene un cargo gubernamental, su influencia perdura y sigue compartiendo opiniones con lucidez sobre diversos temas.
Sin embargo, su pragmatismo en la política exterior ha sido objeto de cuestionamiento moral.
Nacido en Alemania como refugiado judío, Kissinger ha sido reconocido como arquitecto de la distensión en la Guerra Fría, mediador en Oriente Medio y promotor de la normalización de relaciones con China.
Sin embargo, su apoyo a dictaduras y su implicación en operaciones represivas en América Latina han manchado su reputación.
Aunque ha construido un mito a su alrededor, su legado es ambiguo y continúa siendo objeto de debate y crítica.