Un jurado condenó a un exagente de policía de Denver y absolvió a otro de los cargos por la muerte en 2019 de Elijah McClain, un hombre negro cuyo nombre se convirtió en un símbolo en las protestas por la injusticia racial en la actuación de la policía.
Randy Roedema, oficial de policía de Aurora fue declarado culpable de homicidio por negligencia criminal y agresión en tercer grado. El jurado, compuesto por 12 personas, declaró inocente de todos los cargos al agente Jason Rosenblatt. Roedema se enfrenta a hasta 3 años de prisión por el cargo más grave de homicidio. La sentencia se dictará en una fecha futura.
Sheneen McClain, madre de McClain, escuchó el veredicto desde la primera fila, donde el fiscal general Phil Weiser le ponía la mano en el hombro. La mujer levantó la mano derecha con el puño cerrado al salir de la sala.
McClain murió después de que un tercer agente lo sujetara por el cuello y lo inmovilizara en el suelo, tras lo cual los paramédicos le inyectaron una sobredosis de ketamina.
Roedema y Rosenblatt fueron acusados de homicidio involuntario por negligencia criminal y agresión en segundo grado, considerados delitos graves. Roedema y otro agente que no fue acusado sujetaron a McClain mientras los paramédicos le administraban la ketamina. El abogado de Rosenblatt había señalado durante el juicio que su representado no estaba cerca de McClain en el momento del hecho.
En un principio, el caso no recibió mucha atención, pero las protestas por el asesinato de George Floyd al año siguiente provocaron indignación por la muerte de McClain. Sus suplicantes palabras, captadas por las cámaras corporales: “Soy introvertido y diferente”, encontraron eco.
Un fiscal local decidió no presentar cargos penales en 2019 porque la oficina del médico forense no pudo determinar exactamente cómo murió el terapista físico de 23 años. Pero el gobernador de Colorado, Jared Polis, ordenó a la oficina del fiscal general del estado, Phil Weiser, que volviera a examinar el caso en 2020. Los agentes y paramédicos fueron acusados en 2021 por un gran jurado.
Los asesinatos de McClain, Floyd y otros desencadenaron una oleada de leyes que limitaron el uso de llaves de cuello en más de dos docenas de estados. Colorado ahora instruye a los paramédicos que no administren ketamina a personas sospechosas de tener una controvertida condición conocida como delirio excitado, que tiene síntomas que incluyen un aumento de la fuerza que ha sido asociada con prejuicios raciales hacia los hombres negros.
Roedema y Rosenblatt no testificaron en su defensa en el juicio. Sus abogados culparon de la muerte de McClain a los paramédicos por inyectarle ketamina, que según los médicos fue lo que finalmente le provocó la muerte.
Sin embargo, los fiscales argumentaron que el hecho de que McClain fuera inmovilizado por los agentes contribuyó a su muerte. Jason Slothouber, fiscal general, afirmó a los miembros del jurado que Roedema y Rosenblatt también animaron a los paramédicos a administrar ketamina a McClain y les describieron los síntomas de delirio excitado que habían aprendido durante su entrenamiento. Pero explicó que los agentes no les dijeron nada sobre las quejas de McClain de que no podía respirar, algo que, según los fiscales, tuvo lugar en seis ocasiones.
Sheneen McClain se sentó con los abogados del estado en la primera fila de la sala durante el juicio, como parte de su intento de recordar al jurado, en su mayoría blanco, que su hijo era una persona real. Vio cómo se mostraban una y otra vez los videos del hecho y las gráficas fotos de la autopsia.
Durante el testimonio, que se prolongó durante tres semanas, los testigos se limitaron a decir lo que “percibían” que alguien hacía o decía en los videos, que no siempre ofrecían una imagen completa de lo que estaba ocurriendo. Sin embargo, el juez Mark Warner dijo que los miembros del jurado eran los únicos que podían decidir lo que significaban, como en el caso de cualquier otra prueba.
A pesar del peso emocional de las últimas palabras de McClain captadas por las cámaras corporales de los policías y de una historia sobre McClain tocando el violín en un refugio de animales, el juicio no incluyó muchos testimonios sobre su vida.
Un compañero de trabajo de un estudio de masajes testificó brevemente que McClain solía recorrer kilómetros en bicicleta o corría para ir a trabajar a un barrio acomodado. Una fotografía de un McClain sonriente que tomó poco antes de su muerte fue mostrada a los miembros del jurado durante los argumentos finales.
McClain fue detenido el 24 de agosto de 2019, mientras caminaba a casa desde una tienda de conveniencia en una noche de verano, escuchando música y usando una máscara que cubría la mayor parte de su rostro. Una persona que llamó al 911 lo reportó como sospechoso, y la detención policial rápidamente se volvió física después de que McClain, aparentemente tomado por sorpresa, pidió que lo dejaran solo. No había sido acusado de cometer ningún delito.