La mayoría de las grandes empresas de Estados Unidos han optado por guardar silencio sobre el aborto, después de que el pasado lunes se filtrara un borrador del Tribunal Supremo que, de salir adelante, supondría la ilegalización del aborto a nivel federal y dejaría su regulación a los estados.
Hasta el momento, solo unas cuantas corporaciones se han posicionado a favor y algunas, como Amazon o Citigroup, han anunciado incluso medidas para apoyar a las trabajadoras que quieran abortar en estados en los que se han aprobado leyes restrictivas con el derecho al aborto.
Un total de 23 estados de tendencia conservadora han legislado contra el aborto, obligando a las mujeres que quieran interrumpir su embarazo a viajar a otros, lo que pone en un gran aprieto a las personas más pobres que no pueden permitirse los gastos que conlleva el desplazamiento y la intervención médica.
Una larga lista de grandes corporaciones en Estados Unidos como Wallmart, las principales entidades financieras, las aerolíneas, empresas de entretenimiento como Walt Disney o gigantes tecnológicos como Microsoft han evitado tomar partido o dar su opinión.
Tradicionalmente, las empresas estadounidenses evitan pronunciarse políticamente para no suscitar el eventual rechazo de parte de sus clientes o posibles represalias políticas.
Una tendencia que, sin embargo, cambió significativamente durante las protestas antirracistas que estallaron en el país en mayo de 2020, tas la muerte del ciudadano George Floyd a manos de un policía blanco y que empujó al mundo empresarial a expresar públicamente su rechazo al racismo.