Los fuegos artificiales de la noche del 4 de julio, uno de los momentos festivos más esperados del año en Nueva York, contaminaron los cielos de la Gran Manzana tanto como lo habían hecho semanas atrás los incendios de Canadá.
El portal noticioso Gothamist.com señala que un grupo de estudiantes de la Universidad de Nueva York (NYU, en inglés) recogió en la noche del martes 3.300 microgramos de partículas contaminantes por metro cúbico de aire, cuando ya a partir de 500 microgramos se considera superado el nivel de “extremadamente peligroso”.
Varios voluntarios de la NYU salieron a medir el aire en torno a la medianoche y se concentraron en las zonas donde se estaban disparando los fuegos artificiales, que son varias en la ciudad, aunque los más conocidos por su volumen (60.000 cohetes), su duración (25 minutos) y su espectacularidad son los que lanzan los grandes almacenes Macy’s en el East River, entre Manhattan y Long Island City.
El humo provocado por los miles de artefactos ocupó por completo los cielos del East River, sin que pudiera verse una orilla desde la otra, y aun cuando luego se fueron despejando, el aire se quedó enrarecido durante horas en una amplia zona contigua al río en ambas direcciones.
Pero además, los cohetes y colecciones menores de pirotecnia siguieron disparándose en toda la ciudad durante horas.