El crimen perfecto no existe. Veinte años después del asesinato de una mujer en su casa de Massachusetts, Estados Unidos, un hombre de 53 años fue acusado formalmente del crimen cometido en el 2001.
Tal como lo narra CBS Boston, en los próximos días David Reed será sentenciado por matar cruelmente a su media hermana Rose Marie Moniz, quien tenía 41 años, golpeándola varias veces con el caparazón de un caracol marino.
“Me complace anunciar las acusaciones relacionadas con el homicidio sin resolver de Rose Marie Moniz. Era una madre que fue brutalmente asesinada dentro de la santidad de su propia casa”, señaló esta semana el fiscal de distrito Thomas M. Quinn III.
En el 2019, los investigadores de la Unidad de Casos Resueltos de Quinn estudiaron a detalle las fotos tomadas el día del asesinato de Moniz en el que hallaron, entre otros objetos utilizados para el crimen, una caracola. Los oficiales dedujeron que, para ser usado, alguien debió meter la mano dentro del orificio para poder sostenerla de manera adecuada.
Entonces se ordenó a los forenses del laboratorio de criminalística hacer un análisis completo de ADN, cuyo resultado reveló que el perfil coincidía con el de Reed.