El estricto control del régimen chino sobre su población no es una novedad y tampoco lo es la persecución que encabeza contra disidentes exiliados en todo el mundo.
Hasta el momento, se han identificado comisarías de espionaje en Canadá, el Reino Unido y Argentina -entre otros países- que forman parte de una estrategia global que vigila, acosa y exporta su modelo de control totalitario para garantizar su poder dentro y fuera de las fronteras. Sin embargo, la preocupación llegó a Estados Unidos, su principal adversario en el plano económico y político, luego de que se registrara un considerable aumento en el número de denuncias por maniobras intimidatorias sobre ciudadanos chinos.
Están “atacando cada vez más a personas en suelo estadounidense”, advirtió al respecto el congresista republicano por el estado de Wisconsin, Mike Gallagher, en diálogo con Daily Mail antes de ingresar en una sesión especial en la que el Comité Selecto de la Cámara de Representantes sobre el Partido Comunista Chino (PCCh) abordará este tema y buscará soluciones para reducir esta “represión transnacional”.
Para ilustrar la gravedad de la situación en el país y basarse en casos concretos y no solo recortes de denuncias, el panel recibirá a una de las víctimas de los ataques para los que no hace falta irse muy atrás en el tiempo: los acosos de los agentes datan de hace apenas unas semanas en San Francisco, justo cuando Xi Jinping estaba en la ciudad en el marco de la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico.
Inclusive, el propio Gallagher recordó que durante su primer viaje en calidad de Presidente del Comité visitó una de estas comisarías secretas en Nueva York y estuvo reunido con algunas víctimas, que le contaron sus “horribles” historias de “agresiones físicas”.
Anna Kwok, una ex ciudadana de Hong Kong, participará del encuentro y narrará cómo por su trabajo en el ámbito de Defensa en el Capitolio fue puesta en una lista del PCCh, se dispuso una recompensa de USD 1 millón y se emitió una orden de arresto en su contra por “connivencia con fuerzas extranjeras”.
Kwok publicó en sus redes sociales algunas de las amenazas y el acoso que recibió en el último tiempo, algunas de ellos durante las manifestaciones encabezadas por pro democráticos críticos de las violaciones de derechos humanos de Xi y sus amenazas contra Taiwán, a las que se sumó en noviembre.